10 janvier 2016

Memorias del campo de batalla

               
                 I

Sus ojos rojos
templo habitado por dioses paganos
ellos descargan
toda su humanidad en mí.

Las guerras de Homero en su mirada.
La derrota.
La ruina anticipada.
Toda mi ciudad se inclina y cae
sobre sí.

Los dioses ríen o lloran.
Ejercen aún sus afinidades electivas.
Huelen todavía a vino.
Se alejan a paso lento, aturdidos.
No imaginan, ni unos ni otros,
próximo futuro para las ruinas.

Sin embargo se dice
que los dioses cabizbajos sueñan
después de la guerra el descanso.
Se dice también que auguran:
Cuando la última estela divina
se haya disipado
las ruinas sabrán despertar
y serán,
más bellas que Helena en ayunas
más fuertes que la voz de las sirenas…

*
*

A.M.P