I
Sus ojos rojos
templo habitado por dioses paganos
ellos descargan
toda su humanidad en mí.
Las guerras de Homero en su mirada.
La derrota.
La ruina anticipada.
Toda mi ciudad se inclina y cae
sobre sí.
Los dioses ríen o lloran.
Ejercen aún sus afinidades electivas.
Huelen todavía a vino.
Se alejan a paso
lento, aturdidos.
No imaginan, ni
unos ni otros,
próximo futuro para
las ruinas.
Sin embargo se
dice
que los dioses
cabizbajos sueñan
después de la
guerra el descanso.
Se dice también que
auguran:
Cuando la última estela
divina
se haya disipado
las ruinas sabrán
despertar
y serán,
más bellas que
Helena en ayunas
más fuertes que
la voz de las sirenas…
*
*
A.M.P
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